La corrosión es un proceso que deteriora las estructuras metálicas y, una vez que aparece, es fundamental frenarla y proteger los elementos frente a ella. En CISA llevamos a cabo todas las fases del proceso anticorrosión para reparar lo sufrido por las estructuras y garantizar su durabilidad.
El tratamiento comienza con la limpieza de las superficies mediante chorro de arena, granalla o escoria metálica, siguiendo la norma ISO 12944.
Posteriormente se aplican imprimaciones anticorrosión adaptadas al ambiente, que permiten prevenir la aparición de corrosión en estructuras nuevas.
Se emplean pinturas intermedias de altos sólidos en volumen, con espesores diseñados para alcanzar protecciones exigentes con garantías de entre 15 y 25 años.
Finalmente, se aplican acabados de poliuretanos alifáticos de alta resistencia a la intemperie y a la degradación del color provocada por los rayos ultravioleta (UV).
